Mientras los profesionales y técnicos del Hospital Garrahan denuncian el cierre de salas y la "destrucción" del centro asistencial pediátrico más prestigioso de Latinoamérica, se suceden los testimonios de familiares de niños y niñas de todo el país que agradecen la labor de los trabajadores. La experiencia de Natalia Orequi, madre de Juana, una niña de 4 años de San Pedro, ilustra la vital importancia de este hospital, donde su hija fue sometida a una compleja intervención que le salvó la vida.
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