Un importante hallazgo paleontológico se registró en el barrio Campodónico, en la zona de Bajo del Tala, luego de que un vecino, Felipe López, descubriera el
húmero, o hueso del brazo, bastante completo, de un perezoso terrestre prehistórico de gran tamaño.
El fósil pertenece a un animal extinto de la familia de los milodóntidos (Mylodontidae), que habitó la región durante la Edad Ensenadense.
El descubrimiento se produjo mientras el vecino realizaba sus tareas cotidianas de traslado de ganado en las inmediaciones. Al observar un hueso aflorando al pie de una barranca, el vecino alertó a su esposa y, tras confirmar la naturaleza del material, se comunicaron inmediatamente con el Grupo Conservacionista de Fósiles del Museo Paleontológico de San Pedro.
Tras la extracción y el proceso de preparación en el museo, el equipo logró establecer que el resto corresponde a un perezoso masivo que poseía una piel gruesa con osificaciones para protección y poderosas garras. Esta familia de animales incluye géneros extintos como Glossotherium, Lestodon y Mylodon.El Dr. Luciano Brambilla, investigador del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario y colaborador permanente del Museo de San Pedro, destacó la relevancia científica del descubrimiento.
"Lo significativo de este hallazgo reside en que se sabe muy poco sobre los perezosos milodontinos del período Ensenadense", explicó el Dr. Brambilla. "En general, cuando se habla de los grandes mamíferos de esa época, suelen aparecer con más frecuencia los gliptodontes o mastodontes, pero los perezosos de este grupo están representados por muy pocos restos, incluso a nivel nacional."
El especialista enfatizó que el registro fósil de estos animales durante la edad Ensenadense es escaso y fragmentario, por lo que "cada nuevo hallazgo resulta importante y aporta un elemento más a un rompecabezas con pocas piezas."
A modo de antecedente, el Dr. Brambilla recordó que esta escasez ha llevado a descubrimientos clave en la zona, como el hallazgo de un cráneo de este tipo de perezoso que, hace unos años, permitió la identificación de una nueva especie que lleva el nombre de la ciudad: Archaeomylodon sampedrinensis.