Los trabajos están siendo llevados a cabo por la draga Afonso de Albuquerque, equipada con un sistema de succión de arrastre, y la draga compacta Pancho, que opera por inyección de agua y está especialmente diseñada para actuar en zonas de difícil acceso. Esta combinación de equipos busca optimizar la remoción de sedimentos acumulados.
La necesidad de este dragado de emergencia surge a raíz de un fenómeno natural extraordinario que afectó la región. Lluvias de hasta 500 milímetros en solo dos días provocaron una considerable crecida del arroyo El Tala, lo que generó un significativo arrastre de sedimentos hacia el canal de acceso del puerto. Esta situación redujo la profundidad del canal a entre 7,5 y 8 metros, muy por debajo de los 10,1 metros necesarios para una navegación segura.
Gracias a un acuerdo estratégico con la Compañía Sudamericana de Dragados S.A., filial del reconocido grupo Jan de Nul, se proyecta remover entre 200 mil y 250 mil metros cúbicos de sedimentos. Las autoridades portuarias estiman que, si las condiciones climáticas se mantienen favorables, el operativo permitirá restablecer completamente la operatividad del puerto en el transcurso de una semana, devolviendo la seguridad a la navegación en la zona.
