Promueven la salud bucal en el Jardín 917 de Los Aromos con una jornada educativa

  La Secretaría de Salud de la Municipalidad de San Pedro continúa con su plan de promoción y prevención de la salud en instituciones educativas, buscando inculcar hábitos saludables desde la primera infancia. En esta ocasión, el equipo de Salud Comunitaria, en conjunto con personal del Centro de Salud del barrio Los Aromos, llevó a cabo una jornada educativa enfocada en la salud bucal en el Jardín de Infantes N° 917 .

La marca en un fósil de armadillo gigante de hace 700.000 años revela una herida cicatrizada

 El equipo del Museo Paleontológico "Fray Manuel de Torres" de San Pedro acaba de realizar un fascinante descubrimiento: un fragmento de coraza de un armadillo gigante extinto, hallado a ocho metros de profundidad en una cantera local, presenta una extraña marca en su superficie que sugiere una herida sufrida por el animal en vida y que comenzó a cicatrizar. El excepcional hallazgo ofrece nuevas pistas sobre las enfermedades y lesiones en la megafauna prehistórica.


La pieza corresponde a la región caudal (cercana a la cola) de un ejemplar de la especie Glyptodon munizi, mamíferos acorazados de gran talla que habitaron Sudamérica hasta finales de la edad Ensenadense, hace unos 700.000 años. El fósil fue desenterrado en un sector de extracción de tosca de la firma Tosquera San Pedro, perteneciente a la familia Iglesias, a unos 8 metros de la superficie actual.

Una vez trasladado al museo, el material fue sometido a un minucioso proceso de acondicionamiento a cargo de Daniela Giménez y Juan Cabrera, colaboradores habituales de la institución. Durante la remoción de la roca adherida al fósil, apareció un hueco de forma casi circular, de aproximadamente 2,1 x 2,5 centímetros de ancho y 6 milímetros de profundidad, con claros signos de cicatrización en sus bordes y una falta total de tejido óseo en la zona.

Para el análisis de esta peculiar marca, se sumaron el Dr. Alfredo Zurita, docente e investigador principal del CONICET en la Universidad Nacional del Nordeste (Corrientes), y el Técnico Carlos Luna, del Centro de Ecología Aplicada del Litoral.


¿Una herida parasitaria o un golpe prehistórico?

"Los gliptodontes tuvieron una extensa historia en Sudamérica, de más de 30 millones de años, hasta su extinción hace unos 10 mil años. Si bien hemos avanzado mucho en el conocimiento de su diversidad, aún sabemos poco de las enfermedades que los afectaban", explicaron Zurita y Luna. La disciplina de la Paleopatología busca desentrañar estas cuestiones, y ya se sabe que los gliptodontes podían desarrollar patologías como artritis y que sus corazas eran susceptibles a infecciones cutáneas, similares a las que afectan a los armadillos actuales por bacterias, ácaros u hongos.

La perforación hallada en el fósil de San Pedro es particularmente interesante porque, a diferencia de las marcas producidas post-mortem por organismos necrófagos, presenta tejido óseo regenerado en sus bordes. Esto "evidencia que la misma ha sido producida cuando el animal estaba en vida", afirman los especialistas.

Se barajan dos hipótesis principales para la causa de esta lesión. Una apunta a ectoparásitos o mesoparásitos, similar a las pulgas del género Tunga que causan perforaciones en los osteodermos de armadillos actuales. Sin embargo, la identidad de los parásitos que pudieron afectar a los grandes gliptodontes aún es desconocida. Otra posibilidad, según José Luis Aguilar, director del Museo Paleontológico de San Pedro, es que la lesión se deba a un fuerte golpe propinado por otro animal contemporáneo al gliptodonte.

"Lo más llamativo es que el hueco está ubicado justo en una de las púas del borde de la coraza. Un lugar que parecería poco probable para cualquiera de las dos alternativas pero donde, sin embargo, ahí está, mostrándose con nitidez", comentó Aguilar.

La escasez de materiales con lesiones similares hace que esta pieza adquiera un valor particular para el estudio de patologías óseas en restos de megafauna pampeana. Los próximos análisis tomográficos de la pieza serán cruciales para obtener un conocimiento más profundo de esta llamativa lesión y abrir nuevas avenidas de estudio sobre las enfermedades y las interacciones entre los grandes herbívoros prehistóricos y su entorno.