La condena se basó en la imputación que incluyó los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante, corrupción de menores, tentativa de otro abuso y amenazas a una de las víctimas.
El Dr. Marcelo Manso, fiscal que instruyó la causa y la llevó a juicio, recordó que todo se inició con la denuncia de una vecina, "en relación a una de las nenas, de 6 o 7 años".
Una investigación posterior permitió determinar que también abusó de la hermana de la primera víctima y de su propia hija.
"Entendimos que eran delitos gravemente ultrajantes, y que teníamos que imputarle la corrupción de menores" explicó el Fiscal.
La causa tuvo sus dificultades, vinculadas con el aporte de pruebas y testimonios: "Algunos de los testigos tenían un nivel de instrucción o de educación básicos y era muy difícil acceder a lo que sabían que había pasado. Pero siempre la prueba fundamental es la declaración de las menores en la cámara Gesell. Los hechos tuvieron lugar cuando las nenas tenían entre 6 y 9 años, y acreditaron conocimientos sexuales que por la edad no deberían tener".
Además, se sumó una condena por amenazas, e incluso una de las víctimas intentó retractarse: "Una de las nenas, la hija biológica, se retractó después, pero los peritos determinaron una incidencia de terceros para obligarla a cambiar el testimonio, así que no fue tenido en cuenta".
