Mapa de arsénico en el agua: San Pedro en alerta moderado

La presencia natural de arsénico en el agua subterránea continúa siendo una preocupación sanitaria en vastas zonas de la provincia de Buenos Aires. Si bien muchos distritos registran niveles críticos, en el partido de San Pedro se mantiene la alerta moderada, lo que exige un monitoreo constante para garantizar la salud de sus habitantes. Según el último relevamiento del "Mapa de Arsénico en Argentina" elaborado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), San Pedro se ubica en la denominada "franja amarilla" , con concentraciones de arsénico que oscilan entre 10 y 50 microgramos por litro (partes por billón) . Este rango, aunque se encuentra dentro del límite máximo permitido por el Código Alimentario Argentino (50 µg/L), supera la recomendación de 10 µg/L de la Organización Mundial de la Salud (OMS) .

Descubren piezas de dos mastodontes en distintos sectores de San Pedro


El Museo Paleontológico “Fray Manuel de Torres” recuperó parte de una mano y una rama mandibular con dentición de dos ejemplares de mastodontes, parientes prehistóricos de los elefantes actuales. 

Uno de los fósiles hallados es un carpo, parte de las patas delanteras de uno de aquellos parientes prehistóricos de los elefantes actuales. La pieza, con todos sus partes óseas articuladas en posición de vida, fue descubierta por Walter Parra y José Luis Aguilar en la cantera “Agus-Mar”, de la familia Iglesias.


La mano fosilizada del gran herbívoro fue hallada en sedimentos depositados hace unos 700.000 años, durante la etapa final de la edad Ensenadense. Estos animales, poseían una capa de tejido graso debajo de sus manos que actuaba de almohadilla para amortiguar el peso del mastodonte cuando caminaba.

Estos enormes mamíferos tenían un aspecto similar al de los elefantes actuales y desarrollaban colmillos o defensas que superaban los 2 metros de longitud.

Al sur del partido, en sedimentos depositados a finales del Pleistoceno, fueron recuperados restos de un segundo ejemplar. Una enorme mandíbula con su dentición completa pero extremadamente desgastada.

La pieza descubierta mide 54 centímetros de longitud y corresponde a la rama mandibular izquierda, junto a parte de la rama derecha, articuladas. 

La enorme pieza conserva el gran molar, de 24 centímetros de largo, característico de la boca de estos animales, que presenta un desgaste muy notorio en la superficie de masticación.

La abrasión de los vegetales de los que se alimentaban estos animales, sumado a la gran cantidad que debían consumir diariamente para conservar su masa corporal, producía el desgaste que se observa en la superficie del molar.

La revisión de las piezas fue realizada entre el Grupo Conservacionista de Fósiles y el Dr. Luciano Brambilla, del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Univ. de Rosario.