Allanamiento y secuestro de arma de fuego por denuncia de amenazas de muerte

Efectivos policiales de La Tosquera y Río Tala llevaron a cabo una diligencia judicial en el marco de una investigación por amenazas. Se incautó una escopeta calibre 16 en el domicilio del imputado, quien no se encontraba en el lugar. ​Personal del Destacamento La Tosquera, en colaboración con el Destacamento Río Tala, cumplimentó ayer una orden de allanamiento librada por el Juzgado de Garantías Nro. 01 del Departamento Judicial San Nicolás. ​La medida se realizó en el marco de una causa iniciada el pasado 30 de octubre, a raíz de la denuncia de un hombre de 49 años que manifestó haber recibido amenazas de muerte. ​El allanamiento tuvo lugar en un domicilio ubicado en la calle bajada basural S/N, Cuartel 3° de La Tosquera. Al llegar al lugar, el personal policial fue atendido por la pareja del imputado, una mujer de 29 años, ya que el principal investigado no se encontraba en la vivienda. ​La diligencia judicial arrojó resultado positivo, procediéndose al secuestro de una ...

Por los servicios prestados (Abelardo Castillo para el suplemento literario de Página/12)

Pastoseco existió, o por lo menos existió su apodo. Hizo el servicio militar en Zapala o en Cobunco, tal vez el mismo año en que yo lo hacía en Olavarría.
Me habló de él un amigo mío, que lo tuvo de compañero y que me contó la historia del atadito de pasto en los borceguíes. El empozamiento de un oficial y un soldado durante una tormenta de nieve también fue un hecho real, o uno de esos hechos que llamamos reales, sólo que ocurrió con otros protagonistas.

Como sea, lo único que ahora me parece verídico es lo que nunca sucedió, lo que inventé en mi cuento. Lo demás ya lo escribí en el postfacio a Las maquinarias de la noche. “Por los servicios prestados” se publicó en 1979, en la revista El ornitorrinco, como una velada provocación, como una especie de homenaje inverso a la conmemoración militar por la Campaña del Desierto.
Hoy –también ya lo dije– preferiría que se leyera sencillamente como un cuento. Lo que me interesa de una ficción es su verdad poética, no su intención moral; lo que a mí me importa de “Por los servicios prestados” es que su desenlace –seguramente previsto por el lector– deja intactos a los dos personajes.