Provincia y Municipio firman convenio por $15 millones para mejoras en el Hogar Sarmiento

  La Directora Ejecutiva del Organismo Provincial de Niñez y Adolescencia, Andrea Cáceres, visitó hoy San Pedro para formalizar un importante convenio de subsidio con el municipio local, por un monto de 15 millones de pesos. Los fondos estarán destinados a la adquisición de equipamiento esencial para las obras de refacción que se están llevando a cabo en el Hogar Sarmiento. La jornada de trabajo comenzó en el Palacio Municipal, donde Cáceres fue recibida por el Jefe de Gabinete, Alfredo Carrasco, en representación del Intendente Cecilio Salazar, junto a otros funcionarios municipales y provinciales. Durante el encuentro, se rubricó el acuerdo que permitirá la compra de aires acondicionados, cocina, heladera, freezer, grifería y sanitarios para el hogar.

Hallan restos de un perezoso gigante


El Museo Paleontológico de San Pedro dio a conocer un nuevo descubrimiento. En momentos en que el grupo efectuaba una prospección de los cortes de suelo presentes en un predio de la empresa “Eligio Biscia e hijos”, en la zona de “Bajo Campodónico”, advirtieron la presencia de un hueso fósil a unos 4 m de profundidad del nivel de piso actual.
Al momento de la extracción se pudo observar que se trataba de un cráneo fragmentado de algún tipo de perezoso gigante.
Personal del Museo de San Pedro se trasladó hacia el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. Allí, luego de comparar con fósiles de esa institución, se pudo establecer que se trataba de la sección posterior del cráneo de un ejemplar de Scelidotherium que vivió en la zona hace más de 700.000 años.
Estos animales poseían un cráneo alargado, estrecho y pequeño si se lo compara con el resto del cuerpo.
De acuerdo al registro fósil, los Scelidotherium habitaron, durante casi todo el Pleistoceno para desaparecer a principios del Holoceno, unos 10.000 años atrás.
Con ese nombre se conoce a un animal de aspecto similar a un oso hormiguero actual pero de talla mucho mayor: Scelidotherium llegaba a medir unos 2.50 m de longitud y unos 1.40 m de altura.
Su cuerpo, al igual que el de todos los perezosos prehistóricos, estaba cubierto por una gruesa piel y sus manos dotadas de poderosas garras. Estas últimas, además de ser armas de defensa, habrían servido para romper termiteros o excavar en busca de raíces.