Primer encuentro del programa Comunidades sin Violencia

El equipo del Programa Comunidades sin Violencias pertenecientes a la Subsecretaría de Políticas de Género, Mujeres y Diversidad de la Municipalidad de San Pedro, a cargo de Laura Monfasani, participó de un primer encuentro en el marco de la capacitación para referentes escolares de ESI organizada por la Dirección de Educación Sexual Integral perteneciente a la Dirección General de Cultura y Educación.

Con la música a otra parte (por Román Solsona)

El siguiente texto, en relación a los condicionamientos impuestos por la comisión de la Biblioteca Popular para la presentación de la artista Susy Shock,  fue publicado por el librero y comunicador Román Solsona a través de su perfil en la red social Facebook.

-Carta abierta a la Comisión Directiva de la Biblioteca Popular Rafael Obligado-

El mendocino Armando tejada Gómez dijo que la cultura consiste en el reconocimiento de lo otro. Por eso los bárbaros, ajenos a los saberes y libertades de la gente, rodean con las tropas a esa otredad. ¿Pero quienes pegan el trabucazo ante la diversidad hoy? ¿Cómo se habita lo “popular”? Y si bien conviene saltearse la discusión de lo “popular” en este caso, sí podríamos convenir en que la cultura es dinámica: se mueve, porque se mueven los pueblos que la hacen. El problema aparece cuando el pensamiento no advierte las formas, los tiempos y los espacios que van forjando la vida diaria o, peor aún, lo registra pero elige no coexistir. Sabrán disculpar, pero se vive, se sobrevive y se sobremuere en un mundo que se quitó el almidón de los cuellos.
La Biblioteca Rafael Obligado que la Comisión dirige, ante la realización del espectáculo de Susy Shock programado para el domingo 12 de mayo, desplegó con apuro una suerte de prohibiciones enumeradas, un manojo de normas y condiciones que por debajo de la cáscara de lo textual podrían sospecharse como prejuiciosas. Desoyendo todo valor artístico, le comunicaron al Centro Cultural Aníbal de Antón que el evento organizado por ese colectivo debía atenerse a los condicionamientos. De otro modo, Susy Shock no cantaría en el salón de Mitre 460. Y es un hecho: no estará ahí.
El punto n° 2 de la ficha de condiciones reza: “No se permitirá ninguna manifestación de política partidaria o religiosa”. Susy, artista trans sudaca, como se nombra, no está en campaña ni viene con un crucifijo en llamas. Entonces, ¿cuál sería la causa? ¿Existe alguna? ¿La incomodidad de quienes piensan o sienten diferente? ¿Acaso la libre expresión es un slogan de la cultura? Lo que asombra, sin mayores interpelaciones, es el desconocimiento, la torpeza, el sosiego, la barbarie, la impericia, la quietud y la tosquedad de no querer saber algo más. No seré yo quien defienda a ella de ésto, pero no se ahorran nada al perderse sus coplas de golpe y canto ancestral, sus pensares en palabras, dichas con la cadencia de un riacho encrespado; no se salvan de nada si no le ven los paisajes en la voz, la resistencia en lo que dice, lo que baila, lo que vive.
Nosotros y nosotras, quienes tenemos un sentido de la otredad, quienes elegimos la libertad y lo diverso, no vamos a esquivar el convite y abriremos los brazos. Siempre hay un patio o una galería esperando a que alguien venga a despabilarnos un poco, a salvarnos por un rato de semejante acartonamiento. Y porque los pueblos construyen sobre los escombros de las catedrales del odio, Susy Shock cantará en otro lugar. Con la música a otra parte.
Escribo y digo como librero, conociendo lo simbólico de abrir las puertas de un sitio echo de historias. Escribo y digo como comunicador, porque ciertos silencios pueden parecerse demasiado a la complicidad y suelen naturalizarse. Pero ante todo, escribo y digo como socio, como contribuyente de una institución de mi pueblo, como partícipe de un lugar que verá pasar comisiones pero quedará para que lleguen quienes lo hagan finalmente popular. Por eso mismo elijo seguir perteneciendo, porque también hay integrantes de la Comisión que no deberán salpicarse con estas líneas, que no atienden ya a recelos milenarios, que trabajan en un mejor sentido de las cosas. Y, finalmente, decido continuar recibiendo a la cobradora amiga, mes a mes, porque la historia de la humanidad me va mostrando que se nos hace necesario convivir en las diferencias y crecer desde ahí.

Las y los saludo.
Román Solsona.
Socio N° 1210