Baradero: Destruyeron 70 caños de escapes no reglamentarios secuestrados

El intendente de Baradero Esteban Sanzio participó este jueves de la destrucción de 70 caños de escape no reglamentarios que fueron secuestrados por personal de Tránsito de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana del Municipio de Baradero.  Los caños de escape no homologados que fueron destruídos en la jornada de hoy habían sido secuestrados de motovehículos estacionados en la vía pública (en cumplimiento con la Ordenanza 4758/13) o bien en los operativos de control vehicular realizados en distintos puntos de la ciudad. En aquellos casos en que los conductores de los vehículos pudieron acreditar la propiedad sobre el mismo y colocarle el caño de escape original a la moto, la misma fue entregada, secuestrándose solo la pieza no original. 

Por los desmontes, San Pedro perdió en los últimos 20 años 780 mil pesos diarios en jornales

El concejal del bloque “Unión con Fe”, Horacio Neyra, presentó un trabajo que demuestra la enorme pérdida laboral y económica que tuvo San Pedro como consecuencia de los desmontes.
El informe sostiene que, entre 1990 y 1995, momento en que comenzó este fenómeno, había en San Pedro 19.099 hectáreas con plantaciones de duraznos y cítricos. En ellos, se pagaban al año 1.355.940 jornales a los trabajadores rurales.

Ya en el año 2.000, luego de la irrupción de la soja transgénica, las cifras habían bajado a la mitad.
En la actualidad, se mantienen solo 3.500 hectáreas plantadas, y los jornales pagados en el último año fueron apenas 248 mil.
“Más allá de las gestiones que se vienen realizando desde la creación de la Mesa Agropecuaria Multisectorial de San Pedro, ante los distintos organismos provinciales y nacionales, cada vez es mayor la cantidad de hectáreas que se ven afectadas por este fenómeno” señala el titular de la delegación local de UATRE.
Neyra reclama nuevamente respuestas a las autoridades municipales: “Vemos con preocupación que no se toma conciencia por parte de las autoridades de lo que está pasando con la fruticultura en la zona. Se necesitan decisiones políticas que acompañen al sector rural para que no continúe el avasallamiento sobre los montes de duraznos o cítricos”.

Los números
Para ejemplificar lo sucedido, el edil dio a conocer un cuadro comparativo basado en los trabajos elaborados por la Multisectorial:

Entre el año 1990 y 1995:
Hectáreas de Duraznos: 10.500
Jornales al año: 840.000
Hectáreas de cítricos: 8.599
Jornales al año: 515.940
Total de Hectáreas: 19.099
Total de Jornales al año: 1.355.940

En el año 2000:
Hectáreas de Duraznos: 5.350
Jornales al año: 428.000
Hectáreas de cítricos: 4.966
Jornales al año: 298.000
Total de Hectáreas: 10.136
Total de Jornales al año: 726.000

En el año 2006:
Un total de hectáreas de 6.700 y 465.000 total de jornales al año.

En el año 2013:
Hectáreas de Duraznos: 2.500
Hectáreas de cítricos: entre 700 y 1000
Total de Hectáreas: entre 3200 y 3500
Total de Jornales al año: 248.000

Neyra concluye: “De estos datos, se desprende que si tomamos lo que sucedía en el año 90, en San Pedro circularía anualmente hoy, $ 348.476.580 correspondiente a lo que se paga en el presente un jornal. Y diariamente $ 954.700 que ingresarían en los distintos comercios del Partido.
Pero la realidad indica que en el 2013, al año solo entra $ 63.736.000, y al día $ 174.619.
$ 780.000 diario que no integran el circuito económico de la zona.
(Valores tomados con el jornal de $ 257)”
Cada vez menos producción trae aparejado menos mano de obra para los trabajadores rurales. De los 300 jornales trabajados al año anteriormente, hoy solo la temporada comprende cerca de 90 días.
Por último, desde UATRE sostenemos que se necesita sumar voluntades de todos los ámbitos de la sociedad. Promover y proponer la industrialización para desplegar sobre la mesa de trabajo, la materia prima que sale del campo.
Somos conscientes que volver a producir de esa manera es prácticamente imposible, la realidad económica, política y social es otra. Pero si bregamos por mantener lo que actualmente existe.
Esta es una responsabilidad de cada uno de los actores que componen la cadena productiva frutícola y es una obligación para los que gobiernan, el hecho de traer soluciones en forma urgente”.