Baradero: Destruyeron 70 caños de escapes no reglamentarios secuestrados

El intendente de Baradero Esteban Sanzio participó este jueves de la destrucción de 70 caños de escape no reglamentarios que fueron secuestrados por personal de Tránsito de la Subsecretaría de Seguridad Ciudadana del Municipio de Baradero.  Los caños de escape no homologados que fueron destruídos en la jornada de hoy habían sido secuestrados de motovehículos estacionados en la vía pública (en cumplimiento con la Ordenanza 4758/13) o bien en los operativos de control vehicular realizados en distintos puntos de la ciudad. En aquellos casos en que los conductores de los vehículos pudieron acreditar la propiedad sobre el mismo y colocarle el caño de escape original a la moto, la misma fue entregada, secuestrándose solo la pieza no original. 

Descubren documentación sobre una falsificación internacional de monedas en el siglo XIX

Un documento de 1848 hallado en San Pedro, Buenos Aires, reveló el delito económico proveniente de Inglaterra
Se trata de un documento hallado en el archivo judicial de la ciudad que reproduce un texto publicado por el gobierno del Brigadier Juan Manuel de Rosas en la Gaceta Mercantil de Buenos Aires, del 7 de Octubre de 1848.

Con el típico encabezado de “Viva la Santa Federación, mueran los Salvages (sic) Unitarios”, su contenido informa a la población que se ha detectado en Londres una confabulación para copiar monedas de diferentes países.
“Se había descubierto en Londres una combinación para falsificar varias monedas estranjeras (sic), acuñadas en metal de ningún valor. Entre otras se había haberse acuñado algunas del Río de la Plata en forma de patacones y pesetas de á cuatro reales…”, reza el documento en su primer párrafo.
  Pero lo más llamativo es la ingeniosa forma en que los falsificadores ingresaban las monedas ilegales a los diferentes países, incluido el nuestro: “Para asegurar su libre esportación (sic) de Inglaterra han sido unidas en pares de botones dobles. El anillo que las une es de metal tan blando que se separa con la mayor facilidad y quedan las monedas falsas en estado perfecto para entrar en circulación…”
  El Gobierno de la Confederación demuestra su preocupación de la siguiente forma: “Precavemos a todos contra esta combinación criminal y con el objeto de que se egerza (sic) vigilancia sobre las importaciones que puedan hacerse aquí o llevarse a cualquiera otra parte bajo pretestos (sic) astutos y falsos…”.
  El hallazgo de este curioso documento es producto de un relevamiento de documentación histórica encarado por la Dirección de Cultura de San Pedro y el Grupo Conservacionista de esa ciudad, con la autorización otorgada por el Juzgado a cargo de la Dra. Stella Maris Ruiz, de la mencionada ciudad del norte bonaerense.
  Según se desprende del contexto en que fue descubierto este escrito, el gobierno de la época, además de publicarlo en la “Gaceta Mercantil”, principal diario de Buenos Aires, habría enviado copia a todos lo Jueces de Paz de la región, autoridades políticas y sociales de las comunidades de entonces, para que prevengan a sus respectivos pobladores.

Opinión del Museo de la Casa de la Moneda de la Nación
La Prof. Nora E. Matassi, Jefa del Área Museo, Relaciones Institucionales y Comunicación de la Casa de la Moneda de la Nación Argentina ha brindado su valioso aporte a esta investigación.
Según sus palabras “la Casa de Moneda de la Nación, fue creada por la Ley 733 del año 1875 y comenzó a funcionar en su propio edificio en 1881.
Empezó a trabajar implementando la Ley 1130 de unificación monetaria, acuñando por primera vez después de los intentos de 1813, una moneda nacional, de la cual se cumple este año su bicentenario”.
Matassi agrega que “En 1882, el Ing. Eduardo Castilla, primer Director y artífice de la creación de esta Casa, reclama al Ministro de Hacienda, que solicite se complete a la ley de monedas con una ley penal "que prevea todos los casos posibles de falsificación o adulteración de la moneda y  es esto tanto más necesario cuanto que, como V.E. lo habrá observado, todo aquel que tiene una moneda en su poder, sabiendo o no lo que ha de hacer para juzgarla, se cree con derecho a agujerearla, doblarla, en una palabra de adulterar su forma y condiciones primitivas porque así le parece bien…"

Por aquellos días del siglo XIX, la Casa de la Moneda luchaba en tres frentes:
1-La falta de una ley penal 
Tanto para los que falsificaban moneda nacional como extranjera porque en cualquier caso están atentando contra la soberanía de un Estado.
2- El desconocimiento de la gente de las características que permitían identificar una moneda buena de una falsificada (aun cuando muchas eran de pésima imitación)
 3- La falta de   práctica en el uso de la moneda metálica.

Ya con anterioridad en la historia de nuestro país, durante las guerras de la independencia, aparecieron varias falsificaciones ocasionadas por la escasez de numerario: fundían las monedas de plata, mezclaban el mineral con cobre y re acuñaban.