Martilleros sampedrinos promocionan créditos hipotecarios pero desde otros sectores advierten que son buenos solo con estabilidad

La Cámara de Martilleros y Corredores Públicos de San Pedro dio a conocer un comunicado de prensa en el que compartió "algunas de las inquietudes sobre las que se propone trabajar durante los próximos meses a la espera de que se concreten algunas de las reuniones solicitadas para no demorar la exposición sobre cuestiones muy importantes para la continuidad de los proyectos privados que están en marcha". Entre otros puntos, consideran que "ante la reducción o eliminación de la obra pública, la ejecución de proyectos privados aporta no solo mayores oportunidades para quienes deseen invertir en bienes durables, sino también para activar la oferta a favor de quienes están buscando viviendas para alquilar o comprar".

Imágenes de la destrucción de las islas del Delta

La organización ambientalista "El Paraná No Se Toca" dio el alerta en reiteradas ocasiones sobre la destrucción de las islas del Delta. 
 En las imágenes que acompañan esta nota, puede verse el cierre del curso del arroyo “Los Meoncitos” (Provincia de Entre Ríos, frente a Rosario) mediante el uso de palas mecánicas y retroexcavadoras. 
Situaciones similares pueden verse en forma permanente frente a San Pedro y Baradero, con un impacto ambiental aún no dimensionado en su totalidad. La actividad es “ilegal, salvo que se demuestre lo contrario”, indican. 

No es el primer caso. Tampoco hay "ningún tipo de control" por parte de las autoridades. “Buscan convertir a las islas del Delta del Paraná en campos para ganadería y cultivos; es absurdo, y sumamente destructivo. 
Esto ocurre en territorio de Entre Ríos; no hay ningún tipo de control”, aseguran los testigos, quienes además realizaron registros de video y fotografías probatorias. 
El arroyo, que es el de la fotografía que ilustra esta nota, por lo que difícilmente pueda definirse como una zanja (como ocurrió en el caso del arroyo De la Cruz), se encuentra ubicado prácticamente frente a la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. 
 Este tipo de cierres de cursos de agua requiere el permiso del Consejo Regulador del Uso de Fuentes de Agua, y en el caso del municipio de Victoria (provincia de Entre Ríos), "al ser las islas parte de un área protegida, no están permitidos" –señalan. 
No obstante, este tipo de acciones de alto impacto son llevadas a cabo por productores ganaderos con tierras vecinas a la provincia de Santa Fe y domicilio del otro lado del Paraná, en Entre Ríos, con el objeto de afirmar sus campos mediante el cierre de las lagunas interiores. 
Buscan consolidar esos espacios como tierras de pastoreo, sacrificando de esta manera el humedal, la fauna y toda la diversidad de especies que viven en él. 
“No es la primera vez, ni es el único caso”, indican. La llamada “fiebre de la soja” ha desplazado al ganado de sus tradicionales espacios en tierra firme y ahora la vacas están en la islas del Paraná, incluidas las del Delta. Los incendios intencionales tienen el mismo origen –recuerdan. 
En 2008 el Delta ardió durante más de ocho meses, a raíz de lo cual más de 200.000 hectáreas de bosques fluviales y pastizales fueron convertidas en cenizas. 
Extraoficialmente se pudo confirmar que no hay ninguna autorización para trabajos de dragados, canalizaciones, refulados o cierres de arroyos en las islas, que transforman en forma irreversible el ecosistema impactando al mismo y a la gente. “Pero tampoco hay ningún tipo de control”, subrayan.

Fuentes: LT39 Noticias y ONG "El Paraná No Se Toca".