Martilleros sampedrinos promocionan los nuevos créditos hipotecarios y afirman que dinamizarán el mercado

La Cámara de Martilleros y Corredores Públicos de San Pedro dio a conocer un comunicado de prensa en el que compartió "algunas de las inquietudes sobre las que se propone trabajar durante los próximos meses a la espera de que se concreten algunas de las reuniones solicitadas para no demorar la exposición sobre cuestiones muy importantes para la continuidad de los proyectos privados que están en marcha". Entre otros puntos, consideran que "ante la reducción o eliminación de la obra pública, la ejecución de proyectos privados aporta no solo mayores oportunidades para quienes deseen invertir en bienes durables, sino también para activar la oferta a favor de quienes están buscando viviendas para alquilar o comprar".

Grave incidente en la comisaría con el protagonista de un accidente de tránsito

Un violento incidente tuvo lugar ayer por la tarde en la comisaría local cuando una persona identificada como Diego Esteban Rico, de 21 años, se hizo presente en la oficina de guardia profiriendo insultos contra los efectivos y reclamando que “hicieran algo” porque le habían chocado la moto.
La actitud hostil de Rico (quien cuenta con varios antecedentes policiales) se prolongó durante varios minutos, creciendo en intensidad, obligando a la intervención del capitán Pedro Biaín, quien intentó calmarlo. En ese momento, Rico se abalanzó sobre uno de los policías intentando golpearlo, al tiempo que hacía su ingreso a la dependencia un hombre de 38 años, quien venía a denunciar a la misma persona por el accidente.
El denunciante señaló ante los policías que Rico lo había amenazado de muerte y le había arrojado piedras luego del incidente de tránsito.
Cuando los efectivos de la comisaría intentaron aprehenderlo, el joven se resistió con dureza hasta que fue reducido. En momentos en que era trasladado por el patio de la dependencia, el joven Rico rompió los vidrios del baño cortándose en su mano izquierda. Inmediatamente a continuación, comenzó a arrojar sangre sobre los uniformados, amenazándolos con que estaba infectado de HIV, hasta que pudieron trasladarlo a uno de los calabozos. Una vez en la celda continuó con las amenazas y los insultos, impidiendo que pudiera recibir asistencia para su herida. Al calmarse, el médico policial constató que presentaba una herida cortante en la mano izquierda, que no revestía mayor gravedad.